El 25 de julio –Santiago apóstol– nos trajo la primera aprobación de la Iglesia con un Decreto como Institución de Derecho diocesano, y el Reglamento provisional.
Que cree en nosotros esa modalidad de una persona que quiere servir a Dios. Que cree en nosotros la manera de ser apostólica para que así comencemos a transformar este mundo.