Nuestra historia...


Todas las personas tenemos nuestra historia que contiene los acontecimientos mejores y peores de nuestra vida, pero todo lo que nos pasa constituye en definitiva a nuestro ser.

Tal vez para hablar de los comienzos de una obra de Dios como es nuestro Instituto es bueno partir de esta afirmación; no es casualidad que unas personas se han encontrado con otras y en un espacio histórico concreto en una ciudad concreta… los caminos de Dios no son casualidades, son providencias.

Aquellos tiempos de estragos del mal, que conlleva consigo cualquier guerra son el marco histórico de la fundación.

“...no se puede salvar a un alma en tres horas.”

Año 1937, en Santander un sacerdote diocesano, don Doroteo Hernández Vera vive una experiencia dolorosa en la prisión de Santander. Allí toca de manera sensible el sufrimiento humano. Las personas que están en la cárcel corren peligro no solamente de perder su vida, sino lo que es más grave - condenarse. En una de las más fuertes experiencias de su vida sacerdotal exclama: “no se puede salvar a un alma en tres horas”.

D. Doroteo conoce algunas jóvenes de Acción Católica, que tal vez podrían dedicarse a esta labor. Pero, él sabe que eso es inestable, pasajero ya que estas jóvenes hacen su vida, se enamoran se casan y atienden sus obligaciones. ¿Y Dios que quiere?

“La mies es mucha”, es esta mies que llama; personas que han perdido sentido de la vida, que viven, en ignorancia, sin futuro alguno…y son de Cristo, son almas que pertenecen a Él.


"Todo por Jesús y por las almas"

2 de diciembre de 1937, comienza un diálogo histórico.

Don Doroteo impulsado por la urgencia de dar respuesta a estas realidades, pregunta a una joven de Acción Católica.

- "¿Puedo contar contigo para una obra de Dios?"

- "Lo esperaba"

Pregunta y respuesta que inspiradas por Dios, son el primer paso en un camino que hoy estamos continuando, camino lleno de gozos y tristezas, pero siempre de acuerdo con el lema del Instituto; TODO POR JESÚS Y POR LAS ALMAS.


8 de diciembre de 1937, Fundación de la Institución. Santander.

"Ser cruzada es una vocación y una vocación de sacrificio"

3 de diciembre de 1937  don Doroteo escribe las Bases, que son resumen y esencia del carisma y la espiritualidad de la nueva Obra, que hoy día se llama Instituto Secular Cruzada Evangélica.

La fecha fundacional, 8 de diciembre de 1937, Santander.

 

“Prefiero estar equivocado con la Iglesia, que acertar por mí mismo”, palabras de Don Doroteo, que reflejan su suma adhesión a la Iglesia.

Entiende que ha sucedido algo grande, no se atreve llamarse Fundador, pero lo es. Con toda sencillez y transparencia se dirige al Sr. Obispo Mons. Eguino y Trecu para hacerle solo una pregunta: “¿Qué hago, sigo o ahogo la idea?"

 

En plena disponibilidad no esperaba la respuesta que no solo le alentaba a seguir adelante con su Obra, sino que el Sr. Obispo declara «que ser Cruzada es una vocación y vocación de sacrificio».

Con más seguridad y confianza puesta en el Señor pasan muchas, muchas cosas que tejen una alfombra maravillosa de los designios de Dios a través de las vidas humanas. 

 

volver